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Cómo emplear el juego para desarrollar habilidades
El juego es un medio de aprendizaje de habilidades cognitivas,
sociales y motoras. Es la forma mediante la cual el niño se comunica.
Durante la infancia, esta acción es fundamental para descubrir el mundo.
A medida que las personas crecen, las actividades lúdicas se van
disipando, dejándole todo ese espacio a las responsabilidades.
Sin embargo, jugar durante la adultez es una excelente estrategia de
entrenamiento y resolución de problemas. El entretenimiento, por sí
solo, dota a los individuos de ciertas habilidades y potencia sus
capacidades.
Seguir jugando cuando somos adultos es una forma de potenciar la
creatividad en la resolución de conflictos, aspecto íntimamente ligado a
la inteligencia. En ese marco, una novedosa metodología propone a las
personas volver a jugar.
CorpoRasti plantea usar los Rasti (juego de piezas plásticas de
construcción por encastre) para invitar a los adultos a jugar libremente
y divertirse mientras se aprende. A través de consignas guiadas, en
ambientes distendidos, permite a los participantes reflexionar y arribar
a conclusiones.
Martín Peña, capacitador del programa, explicó que la metodología
no resuelve conflictos, sino que abre el juego para que sean los propios
participantes los que arriben a las soluciones.
"El juego es algo que se está usando para capacitar. Ahora
necesitamos dinámicas divertidas y entretenidas para enseñar. Lo que
hacemos con los Rasti es desarrollar actividades similares a las que
pasan en el día a día. Establecemos una consigna, los participantes la
desarrollan a través de la construcción con los ladrillos y después se
expone y se evalúa los mecanismos y habilidades para llegar adelante el
desafío", explicó el gerente de CorpoRasti durante el marco de la
Segunda Jornada de Éxito: Éxito para Educadores.
Cuando los capacitadores trabajan oralmente, aparecen filtros entre
la boca y el cerebro. En cambio, cuando se trabaja con las manos o se
construye, la mente se entrega al juego. De esa manera, el cerebro se
relaja mucho más y cae en la cuenta de por qué hace las cosas.
"Las experiencias son exitosas. Cuando te dan todos los elementos
para que construyas algo, pero a través de la imaginación y el juego, es
justamente a medida que vas trabajando cuando aparecen los problemas. Y
ahí se dispara un proceso creativo de experimentación de otros caminos.
Eso hace que la mente se entretenga buscando", detalló Peña.
El especialista subrayó que las personas dejan de jugar alrededor de
los 6 años de edad, cuando se escolarizan y el juego se tiñe de malos
sentimientos, como la competencia. Al respecto, Peña aclaró que lo que
hace Rasti a través de sus talleres de capacitación es invitar
nuevamente a jugar libremente y divertirse mientras se aprende.
"Si están jugando, los empleados por ejemplo, se relajan tanto que
los conocimientos entran violentamente y las experiencias en el cerebro
quedan marcadas a través de un sentimiento", graficó el capacitador,
quien aclaró que los momentos lúdicos generan la misma sensación de
alegría en el cerebro de un niño y el de un adulto.