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Forbes | Jugar en serio
LOS CINCO HERMANOS CONDUCEN LA
EMBLEMÁTICA FÁBRICA LOCAL DE JUGUETES. LOS CONSEJOS DE LA ABUELA Y LA
VIDA FAMILIAR MÁS ALLÁ DEL TRABAJO EN LA COMPAÑÍA.
por Ana Peré Vignau
La
nonna Teresa se los dijo bien claro no bien empezaron a ocupar puestos
en Juguetes Rasti: debían cuidar la empresa pero, sobre todo, siempre
debían mantenerse unidos los hermanos.
Los cinco Dimare –cuatro
varones, una mujer– tomaron el consejo como regla de oro. “Somos muy
conscientes del desafío de mantener a nuestra familia unida y separar
los asuntos de negocios de la excelente relación que tenemos más allá
del trabajo”, confirma Sergio (36), gerente de Logística y Producción de
la empresa familiar.
Aseguran que trabajar juntos los divierte. Que
ellos salen airosos del desafío que ello implica, y que pese a verse las
caras todos los días cultivan los encuentros after office en versión
familiar. “Muchas veces, al finalizar el día de trabajo, nos invitamos a
cenar o, si salimos temprano y nuestras mujeres están ocupadas en otra
cosa, nos invitamos a ‘tomar la merienda’ juntos, como cuando éramos
niños”, detalla Daniel (44), director de Marketing y Comunicación y
hermano mayor al que tocó ser testigo de cómo, poco a poco, sus hermanos
se sumaban a la PyME que había creado su papá, Antonio. Aquel
inmigrante italiano que empezó a fabricar juegos de té para nenas en
1965 hoy es el líder de los ladrillos de encastre. La empresa tuvo su
golpe de suerte con su “operación rescate” de los Rasti en 2007. Fue una
de las claves del éxito de los cinco hermanos: devolver a los
argentinos este juguete emblemático de la infancia de los ‘70 y
renovarlo. Con los hijos trabajando codo a codo con Antonio, la PyME
familiar se reconvertía en un poderoso laboratorio de ideas. Siempre
quisieron que la empresa funcionase con juguetes didácticos. Lo
consiguieron. Cuarenta y dos años después de que su padre inició la
aventura de tener la fábrica propia, se volvieron los fabricantes de
juguetes más importantes del país. Los Rasti regresaban gracias a ellos.
Detrás había sabiduría, un buen producto y pasión.
“Si fuese fácil,
lo harían todos” es una de las frases de Antonio que rescata Gabriel
(35), director Comercial y de Diseño y Desarrollo de nuevos productos.
“Esa enseñanza me inspira y motiva a emprender proyectos desafiantes que
diferencien y otorguen valor agregado a nuestros productos y,
principalmente, al servicio y la relación con nuestros clientes y
consumidores”.
El de Rasti fue el primer trabajo de los cinco
hermanos. Ninguno tenía experiencia laboral previa cuando entró en la
empresa. Pero esto es algo que quieren cambiar. En caso de que se
incorpore algún miembro de las futuras generaciones, deberá contar con
experiencia en otros empleos.
¿Cómo dividieron las tareas? A medida
que terminaban los estudios universitarios, se sumaban a la estructura.
Daniel es licenciado en Administración con posgrados en Marketing
Estratégico y en Administración y Planeamiento Estratégico. Fabián (39)
tiene estudios en Publicidad, en Finanzas y en Dirección de Pequeñas y
Medianas Empresas. Sergio se diplomó en Dirección de Logística. Gabriel
se recibió de licenciado en Comercialización. Y Sabrina (28) hizo la
carrera de Administración.
No bien entraban a Rasti, pasaban por unos
meses para ver, acompañar y aprender las distintas tareas que hacía su
padre (que se ocupaba de todo dentro de la empresa). Cada uno fue
tomando el control (sacándolo a la fuerza, en algunos casos) de alguna
de esas tareas que Antonio hacía. “El desafío siempre fue cómo ‘maridar’
esa experiencia que traíamos con las ganas de innovar y mejorar cada
uno de los procesos, ya fueran productivos o los relacionados con el
servicio al cliente”, detalla Gabriel.
A la menor de la familia,
Sabrina, le sirvió colaborar con todas las áreas para aprender las
distintas tareas de la empresa y, a la vez, nutrirse de la experiencia
de cada uno de los Dimare. “Empecé ayudando e incorporando distintos
conocimientos, y hoy sigo aprendiendo de mis hermanos, que son mis
mayores referentes”.
Todos coinciden: la autoridad máxima dentro de
la empresa sigue siendo el papá, Antonio. Pero las decisiones se toman
por votación ya que todos son accionistas y tienen el mismo porcentaje
los cinco (Antonio tiene 4 puntos más que sus hijos).
Una vez por
semana, hacen una reunión gerencial el padre y los hijos –que siempre
termina en almuerzo familiar con los seis juntos– en la que transmiten
las informaciones o consultas sobre decisiones más importantes o
estratégicas.
Fabián, director de Administración y Finanzas, describe
cómo funciona la empresa, y la figura es muy clara: es algo similar a
caminar en la calle con 5 guardaespaldas. El saber que cada uno tiene un
rol específico que cumplir y ver que lo hace bien les brinda
tranquilidad. “Soy consciente de que muchas empresas tienen problemas
trabajando en familia, afortunadamente no es nuestro caso. Estoy
convencido de que para nosotros se transformó en una ventaja
diferencial, por el equipo que formamos, por tener una visión compartida
de lo que queremos, por tirar todos del mismo carro y, principalmente,
por amar lo que hacemos”.
Si bien la confianza en el equipo que
forman es el gran pilar de Rasti, al ritmo que creció la empresa la
organización tuvo que profesionalizarse. En 2010 firmaron un Protocolo
Familiar. Una de las reglas señala que los familiares políticos no
pueden tomar decisiones ni ocupar cargos. “Con el objetivo de mantener
la cohesión y un enlace sólido entre la empresa y la familia, realizamos
anualmente una Asamblea Familiar. Si bien en la misma no se toma
decisiones, se informa al resto de la familia (esposos e hijos) sobre el
negocio”, aclara Fabián.
Es plan de los hermanos Dimare transmitir a
sus hijos la pasión por la empresa desde chicos. Pero acuerdan en que
les van a dar la libertad de elegir la carrera y el lugar donde quieran
desarrollarse, y seguir su propio camino si así lo desean. Además, los
hijos que quieran sumarse a Rasti deben cumplir con el Protocolo. “Si
tienen amor por lo que hacen, si se capacitan y demuestran tener
aptitudes que sumen a la conducción, me gustaría que nuestros hijos
continúen y mejoren todo lo que logramos”, agrega Sergio. Hay futuro en
Rasti.FOTOS: GUSTAVO PASCANER